Famosos con la Enfermedad de Addison
John F. Kennedy
Gravemente enfermo, Kennedy fue ingresado en un hospital en Londres en 1947. Las palabras del médico fueron: “Le queda un año de vida”.
A lo largo de su vida, John Fitzgerald Kennedy fue un niño más bien frágil que siempre estaba enfermo, y que estuvo a punto de morir de la fiebre escarlata cuando tenía tres años. Además de las enfermedades propias de la edad infantil, John Kennedy tuvo difteria, alergias, resfriados y gripes de forma frecuente, colón irritable, un estómago débil que le hizo seguir una dieta blanda durante la mayor parte de su vida, así como asma.
En 1930 (a la edad de 13 años), le escribió a su madre desde el internado quejándose de visión borrosa y de no ver los colores con su ojo derecho. Años más tarde tuvo problemas de audición en su oído izquierdo y le dijo a su padre que estaba mareado y que había perdido el conocimiento en misa. Le operaron de apendicitis en 1931, y le extrajeron las amígdalas y vegetaciones adenoideas. Dos años más tarde sufrió ictericia y a mediados de los 30 desarrolló un caso severo de pulmonía.
Aproximadamente un año más tarde, en Londres tuvo otro caso de ictericia, tan grave que tuvo que ser hospitalizado. Tras regresar a los Estados Unidos vivió cerca de los médicos que le trataban en Nueva York y tuvo que ser ingresado otros dos meses.
En el otoño de 1936 entró en la Universidad de Harvard, sin embargo, la gripe evitó que pudiera seguir en el equipo de natación. En 1940 sufrió ureteritis, que le afectaría de vez en cuando a lo largo de su vida. También su próstata parecía pasar por dificultades y tenía problemas de espalda.
En una visita de John Kennedy a Londres en otoño de 1947, el Congresista enfermó tan gravemente, manifestando debilidad, náuseas, vómitos y una tensión arterial baja, que le dieron la extremaunción. Los médicos que le examinaron le diagnosticaron la enfermedad de Addison y añadieron que le quedaba un año de vida.
Cuando la enfermedad de Addison fue descubierta por primera vez a mediados de los años 1800, se reconoció como una enfermedad letal. Antes de 1930, el 90 por ciento de las personas con la enfermedad moría en cinco años; pero a finales de los 30, los investigadores descubrieron una sustancia sintética, el acetato de desoxicorticosterona (DOCA), que reducía considerablemente la tasa de mortalidad de la enfermedad. Sin embargo, para todos los que la padecían, seguía siendo imprescindible evitar un estrés demasiado fuerte, ya que el estrés aumenta la necesidad del organismo de esteroides, algo que las glándulas suprarrenales con Addison no pueden producir.
El periodista Arthur Krock, recuerda que su hermano, Joseph Kennedy, le había comentado que Jack tenía la enfermedad de Addison y que probablemente se estaba muriendo. Al hacer memoria, el periodista recordó que, durante su primera campaña, en el House of Representatives, Kennedy tuvo un sincope durante su último acto de campaña en Charlestone, donde había estado sudando bastante y tenía la piel descolorida. (Uno de los síntomas más comunes de la enfermedad de Addison es la descoloración o hiperpigmentación de la piel).
Entonces, la enfermedad clásica de Addison era causada por tuberculosis. Dado que John Kennedy nunca tuvo tuberculosis, sus portavoces negaban que la tuviera y achacaban su insuficiencia suprarrenal a haber estado horas en el agua después de que su barco se hundiera y sufriera una especie de malaria poco después.
Sin embargo, Kennedy dependía totalmente de su terapia de cortisona, igual que los enfermos de Addison. En un principio, tomaba 25 mg. de cortisona por vía oral; después se lo administraba en inyecciones. También tuvo las pastillas de DOCA implantadas (de 150 mg), que le eran reemplazadas varias veces al año. Incluso hay informes de que su familia mantenía las pastillas en distintas dependencias (en cajas de seguridad), para que tuviera acceso a ellas en sus viajes.
Sin embargo, durante la carrera presidencial en 1960, negaron que tuviera la enfermedad de Addison. En la campaña utilizaron una definición de la enfermedad que le restaba importancia, insuficiencia de las glándulas suprarrenales causada por una tuberculosis. Obviamente, calculada y confusa. Se dice que fue una decisión política para que no le afectara en su camino hacia la Casa Blanca, ya que la insuficiencia suprarrenal – no importa su causa – es un asunto serio.
Los médicos que le trataban o que habían leído sobre su condición, concluyeron que tenía la insuficiencia suprarrenal secundaria o una atrofia lenta de las glándulas suprarrenales en lugar de una rápida destrucción primaria.
Sin duda, la enfermedad aumentó el peligro de la operación de espalda a la que se vio sometido en 1954. En aquellos tiempos, los enfermos de Addison, podían morir después de una simple extracción de un diente en el dentista. La enfermedad era tan grave que, en ocasiones, los pacientes que no parecían estar en peligro podían morir tras una operación. Por lo tanto, la cirugía para Kennedy era de extraordinario peligro.
En los Archivos Médicos de Cirugía en 1955 apareció un artículo en el que se describía el caso de un varón de 37 años con la enfermedad de Addison, que había sido sometido a una cirugía espinal en el Hospital de Nueva York, el 21 de octubre de 1954. Se cree que se trata de John Kennedy. En esa época, tenía 37 años y le operaron en el hospital mencionado en el artículo.
El artículo describe la misma cirugía a la que se vio sometido JFK: una fusión lumbosacral y sacroilíaca, de considerable peligro debido a su insuficiencia suprarrenal por la enfermedad de Addison.
Durante las más de 3 horas de operación, el paciente recibió hidrocortisona por vía endovenosa. En el período postoperatorio, se le añadió al tratamiento dosis de desoxicorticosterona, sal y cortisona por vía intramuscular. Excepto por la infección en el conducto urinario y una pequeña reacción a una transfusión, así como una infección de una herida, el paciente no desarrolló una crisis de Addison, aunque sufrió una importante insuficiencia adrenocortical.
Fue precisamente el riesgo de una crisis suprarrenal lo que había hecho que los especialistas de Boston se negaran en un principio a realizar la operación, ya que Kennedy podría no tolerar la operación y morir.
Después de la operación, Kennedy tuvo fuertes dolores y sufrió una infección crónica de los tejidos blandos de su espalda durante tres años y medio. La enfermedad de Addison, que hace que los pacientes puedan sufrir infecciones con mayor facilidad, obviamente le jugó una mala pasada, por lo que tuvo una recuperación lenta y dolorosa.
Su caso no fue hecho público hasta 1967.
Para cuando John Kennedy lanzó la campaña presidencial a finales de los 50, ya se disponía de tratamientos nuevos para la enfermedad de Addison y los problemas asociados con las suprarrenales ya estaban siendo manejados, por lo que se podía vivir una vida normal, por primera vez.
Durante la campaña, varios de sus adversarios utilizaron su enfermedad para intentar vencerle. Incluso intentaron robar su historial médico y la oficina del doctor Cohen, coautor de la afirmación de su insuficiencia suprarrenal fue forzada.
Los médicos de JFK y sus colaboradores, publicaron la siguiente nota de prensa escrita por Robert Kennedy: “John F. Kennedy no tiene, y nunca ha tenido, una enfermedad conocida clásicamente como la enfermedad de Addison, que es una destrucción tuberculosa de la glándula suprarrenal. Cualquier manifestación de lo contrario es maliciosa y falsa… Durante el período de la posguerra, tuvo una ligera insuficiencia suprarrenal, que no es para nada una condición peligrosa. Y es posible que incluso esta se haya corregido con los años, dado que las pruebas de estimulación de ACTH para la función suprarrenal fueron normales en 1958. Los médicos han determinado que esta condición pudo manifestarse por sus experiencias en la guerra, por el shock y la malaria…”.
Obviamente, esta aclaración no parece tener fundamento, ya que la supuesta insuficiencia suprarrenal de Kennedy de posguerra no podía ser tan leve, ya que le dieron la extremaunción. Así mismo, de ninguna manera se puede describir como una condición que no sea peligrosa.
Kennedy mantenía que su insuficiencia suprarrenal era consecuencia de la malaria que contrajo después de la guerra, ya que la malaria puede afectar la corteza suprarrenal. Y decía que no podía tener Addison porque no tenía tuberculosis. Sin embargo, los especialistas entonces afirmaban que aproximadamente la mitad de los casos de Addison eran causados por una atrofia suprarrenal en lugar de la tuberculosos, y hoy en día, se conocen muchos más casos.
La doctora Travell admitió que John Kennedy sufrió la enfermedad de Addison. En 1966 explicó que el término de la enfermedad de Addison se había extendido e incluía todos los grados de insuficiencia suprarrenal y todas las causas de insuficiencia suprarrenal, por lo que podía afirmar que John Kennedy padecía la enfermedad de Addison. Pero, que hace 15 años no se podía haber afirmado lo mismo, ya que la enfermedad de Addison no abarcaba todos los grados de insuficiencia suprarrenal.
A principios de 1953, un especialista asociado con la Clínica Lahey, afirmó que Kennedy padecía y era tratado de la enfermedad de Addison desde finales de los 40. Añadiendo que el tipo de Addison de Kennedy era uno de los más graves.
Según el doctor Burkley y la doctora Travell, la insuficiencia suprarrenal del Presidente nunca fue un problema para su trabajo, ya que la enfermedad estuvo más controlada cuando estaba ejerciendo las funciones presidenciales que cuando tenía que viajar de un sitio a otro.
El complicado historial médico del presidente John F. Kennedy sigue dando guerra 50 años después de su muerte.
Según un nuevo informe publicado por un médico de la Marina de los Estados Unidos, Kennedy sufría muchos más problemas endocrinos que simplemente la enfermedad de Addison, de la que fue diagnosticado cuando era joven.
En la edición de septiembre de 2009 de una revista de Medicina Interna, el doctor Lee Mandel, oficial médico a bordo del carguero de los Estados Unidos George H. W. Bush, escribe que Kennedy sufría del síndrome poliendocrino autoinmune de tipo 2, un desorden raro que le produjo la enfermedad de Addison, un hipotiroidismo, así como otras enfermedades glandulares.
El médico se basó en los datos que halló en los historiales médicos, ahora desclasificados y disponibles al público en la Librería Presidencial John F. Kennedy y en el Museo de Boston.
Sus primeros problemas con suprarrenales fueron en los años 40. En un viaje al Reino Unido en 1947, Kennedy, entonces congresista de Massachusetts, sufrió un sincope. Un médico le diagnosticó la enfermedad de Addison, un defecto glandular de las suprarrenales y les dijo a los amigos de Kennedy que le restaba menos de un año de vida. Kennedy regresó a los Estados Unidos, donde empezó a tratarse con la primera generación de esteroides.
La enfermedad de Addison tiene lugar cuando las glándulas suprarrenales no producen hormonas suficientes, especialmente el cortisol, que tiene muchas funciones principales, entre ellas la de mantener la presión sanguínea, la función cardiovascular y niveles saludables de glucosa en sangre. Los síntomas de la enfermedad de Addison incluyen cansancio, debilidad extrema y una pérdida importante de peso. JFK manifestaba todos estos síntomas antes de comenzar su terapia.
Los médicos de Kennedy también creían que tenía hipotiroidismo, o una insuficiencia de la hormona tiroidea. También se dice que tenía intolerancia al gluten.
Para Mandel, la razón principal de todos sus problemas de salud era el APS2, también conocido como síndrome de Schmidt, un desorden autoinmune que suele manifestarse en las familias, y en el que el cuerpo es incapaz de producir hormonas esenciales. Muchos pacientes con este síndrome tienen problemas con sus glándulas sexuales, páncreas y sistema digestivo.
Mandel descubrió que una hermana joven de Kennedy, Eunice Kennedy Shriver, quien falleció recientemente a la edad de 88, tenía la enfermedad de Addison. Su hijo, John Jr., tenía la enfermedad de Graves, otra enfermedad autoinmune.
Dado que el APS2 no fue descrito hasta 1980, los médicos de Kennedy probablemente desconocían que tenía esa enfermedad que relacionaba todos sus problemas endocrinos. De todos modos, el tratamiento para la enfermedad de Addison y para el APS2 es el mismo, por lo tanto, que no le fuera diagnosticado, no le restó oportunidades en su tratamiento. Esta información tan sólo nos sirve para conocer mejor sus problemas de salud.
Referencias / Bibliografía
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- Página de John Kennedy en la Casa Blanca http://www.whitehouse.gov/history/presidents/jk35.html