Al igual que sucede en las personas con la enfermedad de Addison, cuando se produce una crisis suprarrenal en las personas con panhipopituitarismo tiene lugar una condición de vida o muerte que requiere un tratamiento de emergencia (severa mortalidad) comparable a la prioridad que se asigna a un infarto. Sucede cuando la persona que padece una insuficiencia suprarrenal secundaria se enfrenta a un estrés extremo y no consigue que su cuerpo produzca el esteroide extra que necesita para superarlo.
Una crisis suprarrenal puede tener lugar si la glándula pituitaria no funciona correctamente, es decir, en la insuficiencia adrenal secundaria, o si la insuficiencia suprarrenal no es tratada de la forma adecuada.
En el caso de que tenga lugar una crisis suprarrenal, el síntoma más común de la crisis adrenal es el shock (una presión sanguínea muy baja con una pérdida de conocimiento), deshidratación y un desequilibrio de los niveles de sodio y de potasio.
Los síntomas pueden ser diversos, sin embargo, no es necesario presentarlos todos.
Entre los factores de riesgo se incluye un estrés físico, como por ejemplo una infección, deshidratación, trauma, cirugía, herida en la glándula adrenal o pituitaria, detener el tratamiento con hidrocortisona demasiado pronto, etc.
El estrés, sea cual sea la causa (una herida, enfermedad, situación emocional…), y/o la deshidratación son los dos factores que muy probablemente desencadenen el ciclo de una crisis adrenal. Ambos factores deben evitarse al máximo.
Además de los síntomas habituales de la enfermedad, que pueden agravarse durante la crisis, pueden presentarse náuseas y/o vómitos, mareo y confusión mental, en ocasiones acompañado de una presión sanguínea baja o alterada, somnolencia que puede desencadenar en un coma, dolor de cabeza y/o migraña. El paciente se quejará de cansancio extremo, tendrá malestar o dolor, sensación de fiebre y podría presentar taquicardia, bradicardia o un ritmo cardiaco irregular (palpitaciones).
Para poder superar una crisis adrenal, la persona tendrá que ser hospitalizada de urgencia.
Algunos de los síntomas más comunes durante una crisis (no es necesario presentar todos los síntomas, aunque sí los más característicos de la enfermedad, agravados)
• Debilidad o cansancio extremo.
• Confusión mental.
• Somnolencia extrema que puede provocar un coma.
• Mareo
• Náuseas o vómitos.
• Dolor de cabeza.
• Dolor en el pecho.
• Ritmo del corazón anormal, o bien demasiado rápido o bien demasiado lento.
• Presión sanguínea anormalmente baja, o alterada.
• Sensación de frío extremo.
• Fiebre.
• Dolor abdominal.
Lo mejor es tomar medidas preventivas para evitar un empeoramiento, aunque no siempre se puede evitar que la situación desencadene en una crisis. Una persona con insuficiencia adrenal debe saber manejar los episodios de mayor estrés, aumentando su dosis.
Los pacientes con insuficiencia suprarrenal (y especialmente los que tienen también diabetes insípida) se deshidratan con mayor facilidad. La deshidratación por un golpe de calor, fiebre, vómitos o diarreas puede precipitar una crisis suprarrenal. Cuando el cuerpo se deshidrata y no se absorbe fácilmente la medicación, es posible que se necesite una inyección de hidrocortisona. Algunas personas se deshidratan antes que otras cuando vomitan. También se necesitan fluidos por vía intravenosa para reparar los efectos de la deshidratación.
El vómito prolongado es la condición que más requiere el uso de una inyección de emergencia para prevenir una crisis. Los accidentes que ocasionan un estado de shock y otros eventos graves también requieren el uso de una inyección de emergencia de hidrocortisona.
Durante una crisis suprarrenal, la tensión baja, el bajo nivel de azúcar y los elevados niveles de potasio pueden llegar a ser mortales. La terapia estándar incluye inyecciones por vía intravenosa de hidrocortisona, solución salina (agua salada) y dextrosa (azúcar). Este tratamiento suele mejorar rápidamente al paciente.
Cuando el paciente puede tomar líquidos por la boca, la cantidad de hidrocortisona se disminuye hasta alcanzar la dosis de mantenimiento. Si el nivel de aldosterona es deficiente, podría necesitar un tratamiento oral de acetato de fludrocortisona.
La deficiencia de glucorticoide también puede contribuir a una crisis suprarrenal al provocar una hipotensión disminuyendo la respuesta vascular a la angiotensina II, norepinefrina y otras hormonas vasoconstrictivas, reduciendo la síntesis del sustrato de renina y aumentando la producción y efectos de la prostaciclina y otras hormonas vasodilatadoras.
Cuando la persona que padece una insuficiencia suprarrenal sufre un accidente de coche o está herida, puede entrar en estado de shock. En este momento, se puede sentir un fuerte mareo, una bajada importante de la tensión y confusión mental. No hace falta sentir náuseas, ni dolor de cabeza o vómitos. Necesita una inyección de emergencia de hidrocortisona, lo antes posible.
La mayoría de las personas con una insuficiencia suprarrenal pueden estar años sin necesitar una inyección. Sin embargo, se recomienda tener la inyección de emergencia para el caso de que fuera necesario. Apenas existe riesgo ante administrar una dosis extra de glucocorticoide, mientras que los riesgos de tener un nivel bajo de glucocorticoide y no recibir la inyección son muy significativos.
Una vez administrada la inyección de emergencia de hidrocortisona, es vital acudir a los servicios de Urgencias de un Hospital, donde la persona tendrá que ser atendida de forma prioritaria.
Definición – Causas – Síntomas – Tratamiento – Crisis Suprarrenal – Hormonas de la Pituitaria
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