En un mundo en el que se tiende a trabajar de más, a ir contra reloj, a dejarse llevar por el estrés, y a no descansar lo suficiente, la incidencia del cansancio suprarrenal es incluso mayor que la insuficiencia suprarrenal o enfermedad de Addison y se está convirtiendo en una epidemia de proporciones masivas. A pesar de ser una de las condiciones menos diagnosticadas, es de las que más abundan.
Conocido también como síndrome de fatiga adrenal, hipoadrenia no-addisoniana, hipoadrenia subclínica, hipoadrenalismo y neurastenia, afecta a millones de personas en el mundo de forma distinta y por numerosos motivos. Esta condición se encuentra descrita en los textos médicos del año 1800, e incluso con el avance de los tratamientos efectivos se explica con mayor detalle en 1930, sin embargo, algunos especialistas más convencionales todavía desconocen la existencia de este trastorno de las glándulas suprarrenales.
El cansancio suprarrenal es un estado previo al colapso o agotamiento total de las glándulas suprarrenales. Las suprarrenales no funcionan en su nivel adecuado, aunque todavía no muestran signos de haber llegado a su fase final. Por esta misma razón, su diagnóstico no es sencillo, ya que el paciente que sufre de cansancio suprarrenal perfectamente puede aparentar estar sano, no mostrar síntoma obvio de padecer una enfermedad física, pero sentirse enfermo.
De todos es sabido que el estrés es un problema en nuestra sociedad. El más común es la presión en el trabajo, la muerte de un ser querido, una mudanza… Pero también existen otras presiones que afectan: el estrés físico, el estrés químico, el estrés térmico, el estrés emocional y mental, la alimentación, las alergias…
Existen cuatro categorías importantes de estrés:
- El estrés físico, provocado por trabajar en exceso, la falta de sueño, un entrenamiento físico en demasía, etc.
- El estrés químico, causado por la polución medioambiental, las dietas altas en carbohidratos refinados, las alergias a los alimentos y aditivos, un desequilibrio de las glándulas endocrinas, etc.
- El estrés térmico. Cuando el organismo sufre temperaturas demasiado altas o demasiado bajas.
- El estrés emocional y mental.
La fatiga adrenal tiene lugar cuando la cantidad de estrés supera la capacidad del cuerpo para compensar y recuperarse del estrés.
Cuando el estrés continúa durante períodos prolongados de tiempo, las glándulas suprarrenales utilizan las reservas de energía y las hormonas del cuerpo y pueden disminuir o aumentar de tamaño. Una sobreproducción de hormonas suprarrenales causadas por un estrés prolongado, pueden debilitar el sistema inmunológico y disminuir nuestras defensas frente a agentes externos.
Los síntomas que se pueden manifestar son los siguientes (no necesariamente hay que mostrarlos todos):
- Tendencia a ganar peso y problemas para perderlo, especialmente en la cintura.
- Resfriados/gripe de forma reiterada, así como otras enfermedades respiratorias. Además, los síntomas suelen tardar más tiempo en remitir.
- Tendencia a temblar bajo presión.
- Disminución del deseo sexual.
- Mareo al levantarse.
- Incapacidad para recordar cosas (mala memoria).
- Falta de concentración.
- Falta de energía por las mañanas y por las tardes, entre las 15:00 y las 17:00 horas.
- Mejoría temporal justo después de una comida.
- Cansancio por la noche, entre las 21:00 y las 22:00 horas, aunque resistencia a ir a la cama.
- Necesidad de estimulantes por la mañana (por ejemplo, café)
- Necesidad de alimentos salados, altos en proteína, como la carne y el queso.
- Aumento de síntomas premenstruales en la mujer. Los períodos son abundantes y después se paran o casi se paran en el tercer o cuarto día, para después continuar el quinto o sexto día (posible amenorrea).
- Dolor en la parte baja de la espalda o nuca, sin una razón aparente.
- Mejoría cuando disminuye el estrés, por ejemplo durante las vacaciones.
- Dificultades para levantarse por la mañana.
- Necesidad de tomar alimentos dulces.
- Mareo, sensación de mareo, sincope.
Otros síntomas incluyen:
- Leve depresión
- Intolerancias / Alergias a alimentos y/o productos que se inhalan.
- Falta de energía
- Esfuerzo en aumento para completar las tareas diarias
- Habilidad disminuida para tratar el estrés
- Piel seca y fina
- Hipoglucemia
- Temperatura corporal baja
- Nerviosismo
- Palpitaciones
- Pérdida de pelo, sin causa.
- Períodos alternados de diarrea y estreñimiento
- Dispepsia
Si tiene muchos de estos síntomas, es hora de que tenga en cuenta el cansancio suprarrenal como una causa posible, una vez haya descartado otras patologías orgánicas. Ninguno de estos síntomas por sí mismos diagnostican definitivamente la hipoadrenia. Cuando se consideran en grupo, estos síntomas dan forma a un síndrome específico, es decir, el de una persona bajo estrés. Estos síntomas son el resultado de un estrés crónico, excesivo y de la inhabilidad del cuerpo para reducir este estrés.
Entre los factores que producen estrés y que pueden poner en marcha el cansancio suprarrenal se encuentran:
- Enfado
- La fatiga crónica
- Una enfermedad crónica
- Una infección crónica
- Un dolor crónico
- Depresión
- Ejercicio excesivo
- Miedo y culpa
- Intolerancia al gluten
- Nivel de azúcar bajo
- Mala digestión
- Exposición a tóxicos
- Estrés crónico o severo
- Cirugía
- Trasnochar
- Falta de sueño
- Demasiado azúcar en la dieta
- Demasiada cafeína en la dieta
Desgraciadamente, algunos endocrinólogos convencionales y pruebas no pueden diagnosticar el cansancio suprarrenal porque están preparados sólo para diagnosticar una disfunción extrema de las glándulas suprarrenales, como por ejemplo la enfermedad de Addison, una condición en la que las glándulas suprarrenales ya han dejado de funcionar.
La enfermedad de Addison es la forma patológica extrema de la hipoadrenia.
A pesar de que la hipoadrenia subclínica, en sus diferentes fases, fue reconocida como un síndrome clínico desde el inicio del siglo XX, la mayoría de los médicos no están familiarizados con esta condición por la sencilla razón de que es difícil de diagnosticar de forma efectiva mediante una prueba de sangre tradicional.
Las analíticas de sangre normales están diseñadas para detectar una deficiencia absoluta y severa de las hormonas suprarrenales conocida como la Enfermedad de Addison. Esta enfermedad afecta sólo a 4 de cada 100.000 personas y suele ser el resultado de una enfermedad autoinmune o infecciosa. Las analíticas de sangre también son efectivas para determinar otra enfermedad relacionada con las suprarrenales conocida como Enfermedad de Cushing. Sin embargo, no hace falta esperar a que exista una afectación severa de las suprarrenales para sufrir las consecuencias de su mal funcionamiento.
En el caso de la hipoadrenia o cansancio suprarrenal, los niveles de las hormonas suprarrenales se encuentran bajos, aunque todavía dentro de los parámetros “normales” pero no son lo suficientemente bajos como para garantizar el diagnóstico de la Enfermedad de Addison. De hecho, las hormonas suprarrenales pueden estar en la mitad del nivel óptimo y decirse que son “normales”.
El cansancio suprarrenal se puede comprobar en los estudios de laboratorio mediante los marcadores de la función adrenal. Dos de estos marcadores son el cortisol y el DHEA (Perfil de Estrés de Adrenocórtex). Existen diversas pruebas capaces de determinar el nivel de cortisol, algunos países no cuentan con todas, pero el hecho de que algunas de ellas no estén disponibles en un país determinado, no significa que no sean efectivas.
Para medir el nivel de cortisol, una de las pruebas más efectivas y sencillas que existen en la actualidad es la prueba de cortisol en saliva. No hay que olvidar que la producción de cortisol a lo largo del día es episódica.
El DHEA se puede medir en cualquier momento del día.
El cortisol es más elevado por la mañana y más bajo por la noche, antes de acostarse.
La aldosterona se comprueba mediante una analítica de sangre, a primera hora de la mañana, antes de las 10:00 horas y evitando tomar sal en exceso durante las 24 horas previas a la prueba (consultar protocolo para realizar esta prueba).
Las mujeres deben hacerse la prueba durante los 7 primeros días de su ciclo menstrual, ya que los niveles de progesterona estarán muy altos en la segunda y tercera semana del ciclo, por lo que es muy probable que presenten unos niveles de aldosterona artificialmente elevados (la aldosterona procede de la progesterona). El primer día del ciclo corresponde al primer día en el que empieza la menstruación.
Así mismo, es importante verificar el nivel de aldosterona antes de iniciar un suplemento con cortisol, porque los esteroides pueden afectar la prueba de aldosterona (aunque no de forma que la hidrocortisona pueda afectar una prueba de cortisol).
Una de las cosas principales a tener en cuenta cuando se interpretan los resultados del laboratorio de la aldosterona son los síntomas del paciente. Se puede sospechar un problema con la aldosterona si una persona siente necesidad de tomar alimentos salados, orina con frecuencia, se siente mareada cuando permanece de pie o se levanta, y si al dividir los resultados normales del laboratorio entre tres, los niveles de aldosterona se encuentran en los dos tercios inferiores de los valores normales (aplicar igualmente con el nivel de cortisol).
El hecho de que el nivel de aldosterona se encuentre dentro de los valores normales, no significa que no pueda haber por ejemplo un cansancio suprarrenal, en el que el nivel de aldosterona puede estar dentro de los valores normales, sin estar elevado.
A la vez que se comprueban los valores de aldosterona, se debe verificar la actividad renina, así como los niveles de sodio y potasio en sangre. Analizar aldosterona y renina ayuda a identificar si el problema es debido a las suprarranles (por una insuficiencia adrenal primaria) o si es debido a la Pituitaria (por una insuficiencia adrenal secundaria).
Otra prueba a realizar para comprobar un nivel de aldosterona bajo es verificar el nivel de sodio en la orina, aunque también puede existir una excepción y hallarse un nivel de sodio dentro de los valores normales con una aldosterona baja.
El cortisol debe mostrar su nivel más alto por la mañana, el hecho de que se encuentre dentro de los parámetros normales, pero en la parte inferior de los niveles normales, significa que existe un cansancio suprarrenal. Por lo tanto, un nivel “normal” de hormonas suprarrenales no significa que el paciente no sufra de hipoadrenia.
Algunos médicos convencionales no han sido informados sobre la importancia del cansancio suprarrenal subclínico y siguen un camino erróneo con unas analíticas de sangre que no son lo suficientemente sensibles como para detectar una hipoadrenia subclínica. Como resultado de ello, se le dice a los pacientes a los que se comprueban las funciones suprarrenales que éstas están “normales”, cuando en realidad sus glándulas están trabajando por debajo de lo normal, con claros síntomas y señales por las que el cuerpo grita pidiendo ayuda y atención.
Algunas personas con cansancio suprarrenal han mejorado su sistema inmunológico tomando una dosis baja de hidrocortisona, reduciendo el estrés en su vida y llevando a cabo unos cambios en sus hábitos de alimentación, de trabajo, de ejercicio, etc.
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