Los síntomas de una insuficiencia suprarrenal suelen comenzar de forma gradual. Debido a su gran variedad, parecen no tener relación entre ellos, por lo que suelen confundir al médico, e incluso pueden ser ignorados por el propio afectado durante años. Si el especialista no tiene experiencia en esta enfermedad, no es extraño que la persona afectada se vea remitida de un médico a otro, e incluso que sospechen de problemas de depresión o de alimentación.
La insuficiencia suprarrenal, como enfermedad rara que es, no suele ser una de las primeras opciones que baraja el especialista, y a veces, es posible que ni siquiera tenga presente esta posibilidad. Sin embargo, se trata de una enfermedad grave, provocada por una deficiencia, o inexistencia, en la producción de esteroides suprarrenales. Este retraso en el diagnóstico, no solo puede provocar un empeoramiento del estado de salud de la persona, sino también el riesgo de que un acontecimiento determinado en la vida de la persona, como una enfermedad, fiebre, vómitos, diarrea, cirugía, etc., pueda provocar una crisis suprarrenal o insuficiencia suprarrenal aguda (conocida en la enfermedad de Addison como crisis de Addison). La falta de esteroides es una de las causas más comunes que desencadenan en una crisis suprarrenal. Una situación de emergencia, clave para la supervivencia de la persona, y que necesita un tratamiento inmediato, incluso antes de que se diagnostique la enfermedad.
La enfermedad puede presentarse a cualquier edad.
Aunque los síntomas más importantes de la insuficiencia suprarrenal son la debilidad, fatiga, anorexia, dolor abdominal, hipotensión ortostática, deseo de sal, y una hiperpigmentación característica de la piel, hay que tener presente la relación completa de síntomas posibles y el hecho de que no es necesario manifestar todos los síntomas.
- Cansancio y debilidad muscular. El cansancio se manifiesta por la progresiva disminución en la producción de las hormonas cortisol y aldosterona. Dos hormonas esenciales para sobrevivir y para afrontar el estrés diario. Los músculos están débiles y pueden ser frecuentes los espasmos musculares. Existe una gran facilidad para cansarse.
- Pérdida de peso (involuntario) y disminución del apetito. La pérdida de peso y disminución del apetito puede confundir fácilmente al especialista, que en principio sospecha de un trastorno alimenticio como por ejemplo la anorexia.
- Hiperpigmentación de la piel. En su estado avanzado, cuando las glándulas suprarrenales se encuentran en muy malas condiciones, la producción de hormonas esteroides es muy baja y aumenta el ACTH. Esto produce una hiperpigmentación de la piel que puede manifestarse en cualquier parte del cuerpo, en forma de manchas, parches, en las arrugas… Tanto en zonas de la piel expuestas al sol como en zonas no expuestas al sol. Destacamos que este síntoma se manifiesta solo cuando la destrucción de la corteza suprarrenal está avanzada, por lo que no es imprescindible manifestarlo, ya que en una fase temprana, lo más probable es que no exista una hiperpigmentación de la piel.
- Náuseas, diarrea o vómitos. Es común que tengan lugar episodios de náuseas, en ocasiones, vómitos y diarrea. Todo ello con o sin dolor abdominal.
- Episodios alternos de diarrea y estreñimiento.
- Cambios en la tensión arterial. La presión sanguínea suele ser baja, y disminuir todavía más cuando la persona permanece de pie, manifestando sensación de mareo, presíncope o síncope. Algunas personas pueden desarrollar también una disautonomía conocida por sus siglas en inglés como POTS (Síndrome de Taquicardia Postural Ortostática).
- Alteraciones en el nivel del ritmo cardiaco. El ritmo cardiaco se acelera. Suele ser una reacción natural normal del corazón ante una tensión arterial baja y no debe ser tratado con medicación (especialmente betabloqueantes).
- Necesidad de sal. Los pacientes con insuficiencia mineralocorticoide podrían mostrar síntomas de falta de sodio y de volumen plasmático. La falta de aldosterona provoca la necesidad de consumir alimentos más salados.
- Nivel de azúcar bajo o episodios de hipoglucemia. Puede darse un nivel de azúcar bajo en determinadas ocasiones, aunque suele ser frecuente una hipoglucemia de ayuno, especialmente en los niños.
- Dolor de cabeza.
- Sudoración excesiva.
- Movimientos lentos, aletargados.
- Falta de concentración y de memoria.
- Intolerancia al frío y al calor.
- Dolores musculares y/o de articulaciones.
- Irritabilidad y/o depresión. Se pueden dar cambios emocionales, especialmente irritabilidad y depresión. Los síntomas pueden confundir a los profesionales que en un principio sospechan de un trastorno psicológico y tratan al paciente con antidepresivos, tratamiento que en algunos casos incluso puede ser perjudicial para la insuficiencia suprarrenal o para el síndrome de taquicardia postural ortostático.
- Vitíligo. Como síntoma opuesto a la hiperpigmentación de la piel, se puede producir una palidez de la piel.
- Lesiones en el interior de la boca (úlceras, llagas…).
- Mayor dificultad en recuperarse de las infecciones como por ejemplo de resfriados o gripes.
- En las mujeres, la menstruación puede ser irregular o incluso detenerse, provocando una amenorrea. En ocasiones, después de tres días de periodo, este se detiene y vuelve a activarse al tercer o cuarto día.
- Dolor en la parte baja de la espalda que viene y va.
- Fácil deshidratación.
- Necesidad de orinar con frecuencia.
- Pérdida de apetito sexual.
- Alergias o intolerancias alimenticias y a medicamentos.
Muchos de los síntomas no son específicos. Por ejemplo, una fiebre postoperatoria podría ser tratada como una infección o un síndrome de respuesta inflamatoria sistémica cuando bien podría ser el indicio de una insuficiencia suprarrenal.
Definición y Causas – Síntomas – Diagnóstico – Crisis Suprarrenal
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